Hoy he empezado el paseo por
El oso y el madroño,
https://www.facebook.com/El-Oso-y-El-Ma ... 912558904/ Un local con la imagen de café de barrio que, como dice alguna publicación especializada, “a pesar de tener una variedad muy selecta, no vende ese mundo de moderneo que (para qué engañarnos) rodea al buen café. Simplemente lo hace increíble”.
Utilizan cafés de Guayacan, un tostador madrileño un tanto olvidado por aquí. Hoy tenían en el molino un Costa Rica, La Fortuna, natural y un El Salvador, Esmeralda, lavado.
Me recomiendan el primero y, para compararlo con el que tomé hace poco de Hola Coffee, acepto la recomendación. Lo preparan con 8,5 gramos en el filtro sencillo con un ratio de 1:2.
La crema es aceptable, el aroma muy agradable.
En este no se da el dilema de, o sabor, o cuerpo, pues tiene ambos. No es tan brillante como el de Hola pero me parece un café muy equilibrado. Dulce y frutal. Muy en la idea que tengo de lo que debe ser un café. Muy bien preparado. El postgusto, extraordinario y muy largo.1,40€
También extraordinaria la charla con la barista. Hablamos sobre filtros individuales o dobles – se declara una ferviente defensora del individual porque, asegura, sabiendo ajustarlo, da mejores perfiles de sabor que el doble, aunque reconoce que el doble es más fácil de utilizar, y por eso se utiliza más - , sobre los 7 gr que le gustan a @Victor – ve imposible utilizar esa carga con cafés claros, como ve absurdo utilizar cargas altas con cafés oscuros – y me habla muy bien de cafeterías de la competencia, Hanso, Santa Kafeina, Pum Pum, Toma Café, Ruda, … (incluso de algunas que no me han gustado a mí). Me pide que le de otra oportunidad a Hola Coffee. Tan agradable la charla como el café.
La segunda parada es en
Ruda, Café de altura.
http://rudacafe.com/ Se trata de un pequeño café situado muy cerca de la plaza de Cascorro y que, al igual que el anterior, viene en casi todas las guías cafeteras de Madrid.
Los propietarios y baristas podríamos incluirlos dentro del colectivo JASTBB, jóvenes aunque sin tatuajes, barbas ni bicicletas. Y, sin embargo, hacen café y lo hacen muy bien.
Otras veces han tenido cafés de Puchero, Right Side, Nomad, … Hoy, para llevar, sólo tenían de Nomad y otro que no sé de quién es pero que luego me enteré.
En los molinos, un Indonesia Sumatra y un Ruanda Nkora lavado y, para filtro, uno de El Salvador.
Me recomiendan el africano y les hago caso. Lo pido sencillo y tampoco se extrañan, como me ha ocurrido en otros sitios. Aun así, me parece algo largo para mi gusto.
La crema discreta, clara, no muy bonita (la taza, muy abierta, no favorece), pero el aroma intenso y delicioso.
Dulce, delicado, muy equilibrado, muy frutal y floral. Algún toque de especia y miel o caña de azúcar. Cuerpo medio y un postgusto muy largo y agradable.
Pregunto por el tostador y me responden que lo tuestan ellos. No sabía que se habían metido en este lio pero, por lo visto, lo han hecho con muy buen pie. Utilizan para este café un ratio de 1:2 con 18 gramos en el filtro doble y algo más de la mitad en el sencillo. 1,40€
Este café
SÍ me lo llevaría a casa, sin duda. Volveré a probar el Indonesia.
Tercera parada. Se trata de
Pum Pum Café,
https://www.pumpumcafe.com/ (no he hecho foto de la entrada). Se encuentra en el cosmopolita barrio de Lavapies. El local es bastante amplio, con el sempiterno diseño industrial. Las 5 o 6 personas que atienden también están dentro de la estética JASTBB.
A las 12 de la mañana, estaba completamente lleno, por lo que he dudado si entrar o no. Para espresso tenían un café estacional de Nomad. Se trata de un Nueva Segovia – Nicaragua, lavado y tostado para espresso.
Crema consistente (la foto es mala porque había poca luz), aroma muy intenso.
El sabor me ha sorprendido por su contundencia. Creo que es lo más noqueante que me he encontrado en los últimos meses, incluidos los napolitanos. Jamás pensé encontrarme algo así en un tostador como Nomad.
Cacao puro y especias, con algún toque amargo, muy poca acidez. Mucho cuerpo. Pasaría perfectamente por lo que algunos llaman despectivamente “tueste típico italiano” aunque, como digo, no haya encontrado esa contundencia en ninguno de ellos, al menos de los últimos tiempos. No apto para cardiacos.
Cuando me dirijo a pagar, sorpresa. Me dicen que estoy invitado. Le pregunto la razón y me contestan que nadie pregunta ni se interesa por el café como lo he hecho yo.
Echo un vistazo a las mesas y, por lo que veo, el café es algo muy secundario.
Voy a tomarme un café que estoy cansado de escribir.
Entre aconsejar bien y aconsejar mal hay un honrado término medio: no dar consejos