dandan escribió: ↑14 Ene 2020, 15:05
El Edu escribió: ↑14 Ene 2020, 14:28
Leo el comentario del compañero dandan aquí al lado y da la casualidad de que estoy ahora mismo con este Colombia natural. En general, cuando pruebo un café y me gusta, no me obsesiono mucho con el proceso, creo que la labor del tostador está en destacar las virtudes y ocultar los defectos, sea cual sea el proceso y, si lo consigue, estupendo.
Como me gustó, lo compré. También es cierto que suelo huir de algunos cuando entre las notas de cata aparece "licoroso" pero me pasa también cuando veo otras notas.
Muy buena pinta ese Colombia. Yo si lo pruebo y me gusta, dejo los "prejuicios" de lado, desde ya. Por eso contaba que me había llevado a casa ese "blend" mayoritariamente natural porque me pareció excelente. Pasa que muchas veces no tenes la oportunidad de probarlos y ahí si es donde suelo no optar por los naturales, básicamente porque la mayoría de la veces no suelen gustarme.
En cambio cuando tomo afuera los prefiero (cuando se puede elegir, en general para filtrados donde las cafeterías ofrecen más opciones) así los puedo conocer y si me gusta llevar el paquete (y no arriesgarme a llevar uno entero que quizás no me guste tanto)
Igual lo mio es muy "básico" y lejos de ser gran catador. Pero esas notas licorosas que a veces están muy presentes (y que a muchos le encantan) es lo que me gusta tanto, cuando son muy notorias o invasivas (cuando el fermentado predomina mucho)
Saludos!
Lo mío también es muy básico, claro está, me conformo con saber lo que me gusta, lo que no me gusta, lo que puede que me llegue a gustar, etc.
En la cata de cafés de Mauricio Shattah en la que tuve la suerte de participar,
viewtopic.php?f=24&t=380&p=19937&hilit=Mauricio#p19937 probé granos y procesos desconocidos para mí y me di cuenta, una vez más, que esto del café no es una ciencia exacta, afortunadamente. Aunque posiblemente yo era de los pocos no profesionales de los presentes, la división de opiniones ante algunos cafés (los menos "estándar" sobre todo) era sorprendente e iban del amor al odio. Pasó con tres o cuatro y, afortunadamente, no fue necesario sacar las navajas.
Si conozco al tostador y he probado unos cuantos de sus cafés, me puedo hacer una idea de por dónde pueden ir los nuevos. No es necesario, ni muchas veces posible, probarlos. Si no lo conozco y no lo puedo probar previamente, intento escuchar las opiniones de los demás para hacerme una idea de por dónde puede ir la cosa y decidirme o no. Ni que decir tiene que, tanto en un caso como en otro, me equivoco. Es lo malo (o lo bueno) que tenemos los humanos.

Entre aconsejar bien y aconsejar mal hay un honrado término medio: no dar consejos