tocateclas escribió: ↑16 Mar 2019, 21:33
El Honduras está bueno, pero no me acabo de llevar bien últimamente con los naturales. Cunde muchísimo en el filtro, para mí funciona mejor cargando un gramo menos de lo acostumbrado y no alargando la extracción más allá de los 25 o 26 segundos. Y ojo porque además de cundir en el filtro también cunde en la taza. Hice un doble de 25g en una taza pequeña y casi tengo que cortar antes porque pensaba que se desbordaba! Mucha crema.
Más sobre las cargas. Decía que estaba cargando con el Honduras 17g frente a los 18g acostumbrados porque es un café que cunde mucho en el filtro. Con esta carga de 17, el aspecto del espresso era perfecto, pero el sabor no me acababa de convencer. Hablé con el tostador y me recomendó lo que ya estaba haciendo, bajar la carga manteniendo el ratio. Así que decidí bajar más todavía, a 16, teóricamente fuera del rango de los vst. El resultado es un espresso mucho más equilibrado, no repunta ese sabor a fermentado que me molesta muchas veces en los cafés de proceso natural. El sabor es mucho más claro, ahora sí, afrutado, y el postgusto muy dulce. Entiendo que bajando sólo ese gramo, de 18 a 17, en un café que cunde tanto, no estás bajando realmente la carga si piensas en volumen, estás funcionando con un grado de molido normal para ese filtro y no uno más fino que es lo que buscamos cuando reducimos carga. El tiempo con esta carga no lo he tenido que reducir, perfecto con los 27-28 segundos habituales. No tengo foto porque me he hecho vago para eso y sólo cuelgo las que me hace Módeno, pero le daría el premio a la crema más fina, número uno en textura.
Esto me ha hecho pensar que debió de ocurrirme lo mismo con el Panamá Barú de D’Origen, el microlote de proceso natural. Lo compré cuando todavía tenía la Unica y tenía muy buen recuerdo de él. Repetí con la Vesuvius y se me hizo larguísimo por ese sabor a fermentado, no lo digo en el sentido de agrio o desagradable, es como un dulzor potente a ron o a bombón de licor que a mí no me gusta. Como somos de echarle la culpa al otro, pensé que por alguna razón el tueste vino esta vez más ligero, maldito tostador. Ahora sé que no, seguro que modificando la receta habría conseguido un resultado similar al de la primera vez. Sobre todo porque lo probé en filtro y me encantó, ahí no había rastro de ese sabor y me recordó más a lo que había encontrado en los espressos cuando los hice con la Unica. Así que el maldito era yo, sirva esta entrada como enmienda.
Lo mejor de este mundo es que uno nunca deja de aprender.