- 19 Abr 2019, 17:34
#17604
Llevo ya una semana con el Sette 270Wi y me ha dado tiempo para hacer comparaciones, siempre odiosas, y "casi" hacerme con él.
Aunque no está pensado para ello, para eso hay molinos mucho más baratos, empecé probando con monodosis para comparar con el Niche. De las pocas pruebas que hice, con un café dominicano de El Magnífico me salía con menos presencia en taza pero no llegué a notar diferencias en textura ni en sabor. Con un blend de Les petits torrefacteurs, no he notado ninguna diferencia. Por cierto, a los que tenéis este café, aunque estuve a punto de quitarlo de la tolva, con 89ºC y 17 gramos para dos tazas de 20, está bastante bien.
Una vez que he llenado la tolva he empezado a apreciar su verdadero potencial.
Empezaré dando mis primeras impresiones. Como decía cuando hice la revisión del Niche, mis impresiones son mías y no las pienso defender, solo las expongo.
- Me parece que tiene un diseño moderno y funcional. La pantalla me parece un poco ridícula pero no se pueden hacer muchas maravillas en un panel tan pequeño.
- Tiene un tamaño muy ajustado para un uso doméstico.
- No tiene la posibilidad de recoger el cable pero lo he escondido detrás de la cafetera.
- Muy buena entrada del café por la parte superior de las muelas cónicas.
- Salvo la retención de las dos o tres primeras pruebas no parece que haya mucha. De hecho, a partir de la tercera prueba con dosis única, lo clavaba.
- Es bastante ruidoso, mucho más que el Niche y que el Quamar, y lo que es peor, hace un ruido muy feo. No he medido los deciblelios porque, como es muy rápido, no me da tiempo a poner bien el sonómetro y no me fio de la medida pero sale muy alta.
- Es rapidísimo, para una carga de 17 gramos tarda unos 6 segundos.
- El aspecto de la molienda es muy homogéneo, al menos visualmente. La montañita, o mejor dicho el volcán, porque tiene crater, queda totalmente suelta y con un golpe en la base de tampeo se asienta casi perfectamente. Creo que no es necesario el nivelador pero lo uso.
- La velocidad y fiabilidad de la báscula es verdaderamente impresionante. He tenido una desviación de 0,2 gramos con respecto al objetivo pero en la siguiente medida se ha corregido. En otro caso, ajusté el punto 3 de memoria, que venía preajustado a 35 gramos, a un valor de 16,5 gramos y se me fue una barbaridad, a la siguiente la variación fue de 3 décimas de gramo. A la tercera lo clavó.
- A pesar de que para espresso recomiendan moverse entre los puntos 3 y 9, tuve que empezar en el 11 I y ahora estoy en el 10 G.
- Me resulta más comprensible la rosca micrométrica como en el Niche o el Quamar. Con el Sette, no era capaz de saber la relación paso - tiempo. Parece que está cerca de los 5 segundos de extracción por paso macro, al menos con el café actual.
- La experiencia de uso es increíble. Han desaparecido los cachivaches, no hay polvo de café por la encimera, es muy rápido, cómodo y limpio, los primeros días creía que se me había olvidado hacer algo, y sobre todo, lo puede utilizar cualquiera. Mi mujer ha empezado a usarlo y le gusta hacerlo. Con el Quamar lo hacía en raras ocasiones y con el Niche lo hizo una vez para filmar la rutina y, aunque yo iba indicándole los pasos, lo encontró complicado y sucio. Falta que lo pruebe mi hermano, que es el paradigma del manazas.
Se me ocurrirán más cosas.
Aunque no está pensado para ello, para eso hay molinos mucho más baratos, empecé probando con monodosis para comparar con el Niche. De las pocas pruebas que hice, con un café dominicano de El Magnífico me salía con menos presencia en taza pero no llegué a notar diferencias en textura ni en sabor. Con un blend de Les petits torrefacteurs, no he notado ninguna diferencia. Por cierto, a los que tenéis este café, aunque estuve a punto de quitarlo de la tolva, con 89ºC y 17 gramos para dos tazas de 20, está bastante bien.
Una vez que he llenado la tolva he empezado a apreciar su verdadero potencial.
Empezaré dando mis primeras impresiones. Como decía cuando hice la revisión del Niche, mis impresiones son mías y no las pienso defender, solo las expongo.
- Me parece que tiene un diseño moderno y funcional. La pantalla me parece un poco ridícula pero no se pueden hacer muchas maravillas en un panel tan pequeño.
- Tiene un tamaño muy ajustado para un uso doméstico.
- No tiene la posibilidad de recoger el cable pero lo he escondido detrás de la cafetera.
- Muy buena entrada del café por la parte superior de las muelas cónicas.
- Salvo la retención de las dos o tres primeras pruebas no parece que haya mucha. De hecho, a partir de la tercera prueba con dosis única, lo clavaba.
- Es bastante ruidoso, mucho más que el Niche y que el Quamar, y lo que es peor, hace un ruido muy feo. No he medido los deciblelios porque, como es muy rápido, no me da tiempo a poner bien el sonómetro y no me fio de la medida pero sale muy alta.
- Es rapidísimo, para una carga de 17 gramos tarda unos 6 segundos.
- El aspecto de la molienda es muy homogéneo, al menos visualmente. La montañita, o mejor dicho el volcán, porque tiene crater, queda totalmente suelta y con un golpe en la base de tampeo se asienta casi perfectamente. Creo que no es necesario el nivelador pero lo uso.
- La velocidad y fiabilidad de la báscula es verdaderamente impresionante. He tenido una desviación de 0,2 gramos con respecto al objetivo pero en la siguiente medida se ha corregido. En otro caso, ajusté el punto 3 de memoria, que venía preajustado a 35 gramos, a un valor de 16,5 gramos y se me fue una barbaridad, a la siguiente la variación fue de 3 décimas de gramo. A la tercera lo clavó.
- A pesar de que para espresso recomiendan moverse entre los puntos 3 y 9, tuve que empezar en el 11 I y ahora estoy en el 10 G.
- Me resulta más comprensible la rosca micrométrica como en el Niche o el Quamar. Con el Sette, no era capaz de saber la relación paso - tiempo. Parece que está cerca de los 5 segundos de extracción por paso macro, al menos con el café actual.
- La experiencia de uso es increíble. Han desaparecido los cachivaches, no hay polvo de café por la encimera, es muy rápido, cómodo y limpio, los primeros días creía que se me había olvidado hacer algo, y sobre todo, lo puede utilizar cualquiera. Mi mujer ha empezado a usarlo y le gusta hacerlo. Con el Quamar lo hacía en raras ocasiones y con el Niche lo hizo una vez para filmar la rutina y, aunque yo iba indicándole los pasos, lo encontró complicado y sucio. Falta que lo pruebe mi hermano, que es el paradigma del manazas.
Se me ocurrirán más cosas.
Entre aconsejar bien y aconsejar mal hay un honrado término medio: no dar consejos