Leo alguna vez en otro foro, y aquí también, que hay quien afirma tajantemente que nota la presencia de robusta en algunos cafés. Hay quien, incluso, asegura que lo detecta por el olfato. Así, el robusta en general. ¡Ole, ole y ole!
Vayamos por partes. No existe EL robusta, como no existe EL arábica; hay bastantes tipos de robusta y, además, un montón de cruces, naturales o no, entre arábica y robusta. Podemos hacernos una idea viendo el gráfico siguiente.
Dentro de esas variantes, y subvariantes, los hay que van de muy mala hasta muy buena calidad. Es significativo que más del 20% del café de especialidad certificado es robusta, es decir, tiene un puntaje superior a 80 sobre 100.
En un informe de la OCU (419, noviembre 2016) y otro de un foro italiano
http://www.ilcaffeespressoitaliano.com/ ... e-robusta/ , se admite que puede haber un fraude importante en los cafés etiquetados como 100% arábica.
En la UE se acepta como válida una prueba química que mide la presencia de un compuesto, 16-OMC (Metilcafestol), y que permitiría un error de hasta el 11%. Esta prueba, que tiene 30 años de antigüedad y que está defendida por las grandes corporaciones cafeteras, exportadoras, importadoras y tostadoras, está considerada como muy limitada por los expertos, que echan en falta una intervención más activa de los mecanismos antifraude de la UE y que se muestran partidarios de técnicas moleculares y genéticas de bajo coste como se aplican en otros casos: aceite de oliva, pescado o whisky escoces.
En el foro italiano hablan de una estafa pura y simple y aseguran que se están utilizando mezclas con robusta y con híbridos de Timor, un cruce natural de arábica y robusta, o catimor, una mezcla entre Caturra y el Híbrido de Timor creado y cultivado y que es resistente a la roya, o la Ruiru Eleven, desarrollada en Kenia, que alcanza un rendimiento excepcional, incluso el doble que el promedio de las plantaciones tradicionales arábica.
Si alguien es capaz de detectar por el olor la presencia de robusta, enhorabuena, tiene un potencial tremendo en cualquier organismo antifraude de la UE.
Entre aconsejar bien y aconsejar mal hay un honrado término medio: no dar consejos