Como en la calle no hay quien pare, he seguido haciendo pruebas. Primero utilizando un café antiguo, casi un año desde el tueste, y luego otro de un tostador local de cerca de casa. La conclusión más clara que he sacado con ellos es que, con estos cafés, no se puede sacar ninguna conclusión.
La segunda es que el calor afecta a las neuronas y he cometido fallos imperdonables, como no poner el recipiente para café molido y parar cuando he empezado a sentir polvo por la pierna y los pies.
Sin embargo sí me han servido para acotar un poco la zona de espresso, que coincide bastante con la recomendada por el fabricante en su tabla: entre el 12 y el 16, lo que equivale a 1 vuelta y 1/5 y 1 vuelta y 3/5. Un margen bastante amplio y que permite ajustes verdaderamente finos pues, como decía, cada vuelta son 40 pasos. Así, con la misma carga, entre el 15 y el 16 (4 pasos), la diferencia en el tiempo de extracción es de 9 segundos, poco más de 2 segundos por clic.
El tiempo para moler 16 gramos es inferior a 30 segundos y muele bastante fluido.
Al cambiar a café de verdad, sensiblemente más duro, me ha costado un poco más.
Intentaré contar la secuencia completa
Se pesa añadiendo café en grano al recipiente
y se vierte directamente en el molino
Si no has hecho ninguna tontería, el café cae en su recipiente dejando bastante limpia la zona de las muelas
Como sale algo compacto y hay que remover y no me gusta demasiado el transvase directo, aunque puede hacerse, lo paso a la campanita que algunos ya conocen
y de ahí, después de los movimientos consabidos, pasa al porta.
He utilizado el mismo café y las mismas condiciones que en este comentario
viewtopic.php?p=35325#p35325 , que estaba molido con el Sette, pero en este caso solo con 16 gramos. A los 28 segundos he conseguido esto
más alopécico pero, a pesar de ello, no está mejor. Tampoco mucho peor.
Mañana subiré la carga y moleré más grueso para intentar igualar todos los parámetros.
De momento estoy muy satisfecho
Entre aconsejar bien y aconsejar mal hay un honrado término medio: no dar consejos