- 18 Oct 2024, 08:25
#72186
Situado en el número 1 de Venus, una tranquila calle del barrio barcelonés de Gràcia, está Bicioci Bike Café. Abierto en 2014 por dos chicos italianos, Andrea y Fabrizio, importaron de Londres (donde creo que habían residido antes) la idea de la cafetería decorada con motivos vinculados al ciclismo: bicicletas, maillots, herramientas, etc. se pueden ver colgadas de techo y paredes en su local. Ofrecen brunch hasta el mediodía y platos sencillos a la hora de la comida, preparados por Mami en cocina.
Mi idilio con esta cafetería empezó en 2015. Sin tener yo ni la mitad de cultura cafetera que tengo ahora, me dejé caer por allí un buen día. Me pedí un café y al primer sorbo ya me pareció que marcaba la diferencia con el resto de sitios a los que solía ir. Como lo tenía a 5 minutos de casa, empecé a frecuentarlo con la única intención de disfrutar de un buen café en un entorno agradable. Al poco tiempo me di cuenta de una cosa: molían el café justo antes de extraerlo -y se lo comentaba a mis amigos cada vez que los llevaba allí-. Algo que hoy en día me parece de perogrullo, entonces no era algo que estuviese acostumbrado a ver.
Había otra cosa peculiar en esta cafetería: Tenían una cafetera de palancas -creo que es una Victoria Arduino-. Esto introducía un factor de variabilidad en función del barista que te tocase, pero en cierto modo tenía su gracia. Mi chica y yo jugábamos a adivinar quién te lo había hecho en función de la extracción.
En cuanto a la materia prima, los primeros años usaron café del tostador Osorio, pero yo diría que ya llevan más de la mitad de su existencia usando el de Tornado
Llegó la pandemia y estuvieron sobreviviendo vendiendo café para llevar. Cuando reabrieron tras el Covid, Fabrizio había dejado el negocio. Tras la barra fueron pasando otros baristas, recuerdo a Matteo y Marco, que han emprendido en solitario, así que ahora lo más habitual es encontrarte a Andrea a los mandos de esa bendita cafetera.
Ya hace tres años que me he mudado y no me pilla tan a mano, pero cada vez que voy de visita y Andrea me pone un café siempre pienso: "este café es el mejor de la ciudad".
Por si os cuadra:
https://www.bicioci.com
Mi idilio con esta cafetería empezó en 2015. Sin tener yo ni la mitad de cultura cafetera que tengo ahora, me dejé caer por allí un buen día. Me pedí un café y al primer sorbo ya me pareció que marcaba la diferencia con el resto de sitios a los que solía ir. Como lo tenía a 5 minutos de casa, empecé a frecuentarlo con la única intención de disfrutar de un buen café en un entorno agradable. Al poco tiempo me di cuenta de una cosa: molían el café justo antes de extraerlo -y se lo comentaba a mis amigos cada vez que los llevaba allí-. Algo que hoy en día me parece de perogrullo, entonces no era algo que estuviese acostumbrado a ver.
Había otra cosa peculiar en esta cafetería: Tenían una cafetera de palancas -creo que es una Victoria Arduino-. Esto introducía un factor de variabilidad en función del barista que te tocase, pero en cierto modo tenía su gracia. Mi chica y yo jugábamos a adivinar quién te lo había hecho en función de la extracción.
En cuanto a la materia prima, los primeros años usaron café del tostador Osorio, pero yo diría que ya llevan más de la mitad de su existencia usando el de Tornado
Llegó la pandemia y estuvieron sobreviviendo vendiendo café para llevar. Cuando reabrieron tras el Covid, Fabrizio había dejado el negocio. Tras la barra fueron pasando otros baristas, recuerdo a Matteo y Marco, que han emprendido en solitario, así que ahora lo más habitual es encontrarte a Andrea a los mandos de esa bendita cafetera.
Ya hace tres años que me he mudado y no me pilla tan a mano, pero cada vez que voy de visita y Andrea me pone un café siempre pienso: "este café es el mejor de la ciudad".
Por si os cuadra:
https://www.bicioci.com
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