Después de dos días en la península de Sorrento, envío mi primera crónica.
Lo primero que quiero destacar es que aquí hacen una especie de deconstrucción del café de 3 ola: por un lado ponen el café
y por otro el granizado de limón
En serio, ayer empecé con un café que, sólo con el aspecto, tiraría de la fixie a más de un barbudo.
Se trataba de un caffè Kico, que me pareció, a pesar del aspecto, muy agradable. Calculo que no había en taza más de 15 gramos. Se podía cortar la crema con un cuchillo y el café masticable pero suave y sabroso. Acidez, poca o muy poca.
Hoy he estado en el café Gambrinus de Nápoles.
Decepcionante. El local, muy bonito pero montado para atender a riadas de guiris. Calientan las tazas en un baño de agua calentada directamente en el Vesubio o en el infierno. Aparte de que nos han parecido bastante guarretes
no había manera de enfriar la taza. Aspecto muy parecido al anterior pero, aquí sí, se notaba sobre extracción.
El café es de Caffè Moreno. Qué curioso nombre.
Luego visita al bar Mexico. Totalmente distinto y el café, un Mekico de Passalaqua, excelente
Aunque los paquetes son de 1 kg, venden también al peso
Me sigo relamiendo
Entre aconsejar bien y aconsejar mal hay un honrado término medio: no dar consejos