- 11 Abr 2017, 23:26
#603
De los seis paquetes de Mokaflor que compré en caffelab, este Colombia Finca Hebrón ha sido el primero en pasar por el molino. La fecha de caducidad es de 10/2018, así que debe estar tostado hace pocos días (la caducidad en los Mokaflor es de 18 meses desde el tueste).
La información en el etiquetado y en la web es muy completa. Como veis, se trata de un café recolectado a mano y de procesado lavado. Fue uno de los ganadores del Cup of Excellence colombiano de 2015.
El aroma del grano es muy agradable, muy intenso y dulzón. El color dorado del pergamino, típico de los cafés con este procesado, es realmente atractivo. La superficie del grano es rugosa y mate. Como soy muy negado para el color, no puedo decir cuál sería su punto de tueste. Sí puedo decir que no tiene nada del -¿mal llamado?- tueste italiano, ni tampoco del tueste canela de algunos cafés de la tercera ola. Molido el aroma todavía es más potente, es de esos cafés que inundan toda la casa cuando los mueles.
En la primera prueba cargué 16.5 gramos para un ratio de 1:2 en 25 segundos (92º en el PID) y ya dio muestras del gran café que es. Una acidez bastante sutil y un sabor muy dulce y afrutado, pero demasiado suave para mi gusto. Así que aumenté la carga a 18 gramos. El café gana así en cuerpo y en intensidad, y con esta carga lo he seguido haciendo. Tiene una acidez cítrica muy agradable. Nada de guiñar los ojos ni torcer el gesto, jajaja. Mandarina según las notas de cata. El dulzor para mí es más predominante, aparece la uva "fragole" en las notas de cata y no sé qué variedad será esa, a mí me recuerda mucho al dulzor del mosto. Notas de gengibre... Pues no lo encuentro, pero sí tiene un final muy dulce con un post gusto especiado. Cacao y almendras aparecen también pero yo encuentro más de lo segundo, y más en el aroma que en el sabor. La textura es muy agradable, tiene un cuerpo bastante importante, muy untuoso, y la crema, sin ser muy abundante, no es para nada escasa. Ni rastro de amargor. Ni rastro de astringencia.
Estaba tan bueno que decidí no tomarlo con leche... pero lo probé y... Buen compañero también en el desayuno.
Conclusión: lo abrí el domingo y casi no queda, creo que mañana será su último día conmigo. A la señora tocateclas le encanta.
Ha sido mi primer colombiano y estoy seguro de que no va a ser el último. Me quedé con muchas ganas de probar aquel Laderas del Tapia (¿era así?) de D·Origen. Ahora todavía lamento más el no haberlo probado.
La información en el etiquetado y en la web es muy completa. Como veis, se trata de un café recolectado a mano y de procesado lavado. Fue uno de los ganadores del Cup of Excellence colombiano de 2015.
El aroma del grano es muy agradable, muy intenso y dulzón. El color dorado del pergamino, típico de los cafés con este procesado, es realmente atractivo. La superficie del grano es rugosa y mate. Como soy muy negado para el color, no puedo decir cuál sería su punto de tueste. Sí puedo decir que no tiene nada del -¿mal llamado?- tueste italiano, ni tampoco del tueste canela de algunos cafés de la tercera ola. Molido el aroma todavía es más potente, es de esos cafés que inundan toda la casa cuando los mueles.
En la primera prueba cargué 16.5 gramos para un ratio de 1:2 en 25 segundos (92º en el PID) y ya dio muestras del gran café que es. Una acidez bastante sutil y un sabor muy dulce y afrutado, pero demasiado suave para mi gusto. Así que aumenté la carga a 18 gramos. El café gana así en cuerpo y en intensidad, y con esta carga lo he seguido haciendo. Tiene una acidez cítrica muy agradable. Nada de guiñar los ojos ni torcer el gesto, jajaja. Mandarina según las notas de cata. El dulzor para mí es más predominante, aparece la uva "fragole" en las notas de cata y no sé qué variedad será esa, a mí me recuerda mucho al dulzor del mosto. Notas de gengibre... Pues no lo encuentro, pero sí tiene un final muy dulce con un post gusto especiado. Cacao y almendras aparecen también pero yo encuentro más de lo segundo, y más en el aroma que en el sabor. La textura es muy agradable, tiene un cuerpo bastante importante, muy untuoso, y la crema, sin ser muy abundante, no es para nada escasa. Ni rastro de amargor. Ni rastro de astringencia.
Estaba tan bueno que decidí no tomarlo con leche... pero lo probé y... Buen compañero también en el desayuno.
Conclusión: lo abrí el domingo y casi no queda, creo que mañana será su último día conmigo. A la señora tocateclas le encanta.
Ha sido mi primer colombiano y estoy seguro de que no va a ser el último. Me quedé con muchas ganas de probar aquel Laderas del Tapia (¿era así?) de D·Origen. Ahora todavía lamento más el no haberlo probado.